Gran Elefandret. Miquel Barceló |
Hace dos años estuve en Avignon y fui a visitar la exposición Terra-Mare. Majorque, le Royaume au milieu de la mer de Miquel Barceló, que se desarrolló en tres escenarios: la capilla del Palacio de los Papas, la Colección Lambert (propiedad del galerista y valedor de Barceló en Francia, Yvon Lambert) y el Musée du Petit Palais.
En la explanada de acceso al palacio de los Papas dominaba el panorama esta escultura sorprendente, titulada Gran Elefandret. El impacto lo producía tanto por las dimensiones de la escultura (ocho metros de altura y cinco toneladas de peso) como por la imposible agilidad del gran paquidermo que, sostenido sobre su trompa, deja el cuerpo en suspensión conformando una figura que asemeja a un gran árbol.
Boceto para Gran Elefandret |
Cuenta Barceló que la concepción de la escultura, tuvo lugar en su taller, con su hijo de doce años y que después de estudiarla decidió ponerle orejas, que en un principio no quedaban colgando, y quitarle los colmillos porque el resultado final quedaba descompensado. En dos fines de semana la construyeron con escayola y más tarde se incorporó al universo fantástico que plantea la obra de Barceló.
En el interior del palacio pudimos ver el original, realizado en poliespán y escayola, de donde partió el resultado definitivo.
Una vez finalizada la exposición el elefante se desprendió de las demás obras y viajó solo por Norteamérica y Asia.
MIQUEL BARCELÓ. (Felanitx, Mallorca, 1957)
Artista español que figura entre los más cotizados y unánimemente reconocidos del panorama actual.
Su obra abarca desde inmensas telas y murales hasta esculturas de terracota y cerámica.
Su obra incorpora numerosos referentes culturales: en una primera etapa el trasfondo mediterráneo, a raíz de su estancia en Malí, el paisaje y la forma de vida africanos y, más recientemente, ha introducido complejas reflexiones sobre su entorno privado.
Ha ilustrado libros, de Dante, Paul Bowles y Enrique Juncosa, entre otros.
Su temprano interés por el arte procede de su madre, pintora en la tradición del paisaje mallorquín.
En 1974 viajó a París, donde descubrió la pintura de Paul Klee, Jean Dubuffet, y las obras del art brut, que tendrían sobre él un impacto duradero.
Estudió en la Escuela de Artes Decorativas de Palma de Mallorca, y en la Escuela de Bellas Artes Sant Jordi, de Barcelona. Fue también decisiva su formación autodidacta.
En 1976 participó en los happenings y las acciones de protesta del grupo Taller Llunàtic, y con ellos realizó su primera exposición en Barcelona, en la galería Mec-Mec, en 1977. Al año siguiente expuso en Mallorca telas cubiertas de pintura a las que incorporaba elementos orgánicos y, más adelante, experimentó con gruesas capas de pintura sobre lienzos que sometía a la intemperie para provocar en ellos reacciones físicas y químicas espontáneas, como la oxidación o los cuarteamientos, que dejaban al descubierto las entrañas del cuadro. Nunca ha abandonado la experimentación con materiales orgánicos y con formas extraídas de la naturaleza.
En 1981 participó en la Bienal de Sâo Paulo y al año siguiente en la Documenta de Kassel VII, que lo proyectaron a la escena artística internacional en plena juventud.
Los principales museos y galerías del mundo comenzaron a reclamarlo y sus cuadros alcanzaron una elevadísima cotización, insólita en un artista de su edad.
Con igual premura llegaron importantes galardones: en 1986 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas, y en 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Los principales museos y galerías del mundo comenzaron a reclamarlo y sus cuadros alcanzaron una elevadísima cotización, insólita en un artista de su edad.
Con igual premura llegaron importantes galardones: en 1986 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas, y en 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
En 2007 inauguró un extraordinario retablo cerámico en la capilla del Santísimo, de la catedral de Palma de Mallorca, que recrea el milagro de los panes y los peces. En noviembre de 2008 se presentó al público la decoración de la cúpula de la Sala XX del Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra, bautizada como Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones. Esta obra, que cubre 1600 metros cuadrados, presenta miles de estalactitas marinas que en su conjunto evocan un gran mar universal.
La pintura barroca, el art brut, el expresionismo abstracto norteamericano, el arte povera italiano, las obras de Joan Miró y Antoni Tàpies, subyacen en esa síntesis personal de índole neoexpresionista y de desbordante imaginación, de densa presencia matérica e inmensa riqueza plástica que identifican su obra.
FUENTES:
- Miquel Barceló, sitio oficial del artista [En línea]
- "Miquel Barceló aúna en Avignon su universo artístico con el gótico mallorquín", La Vanguardia,
25/06/2010 [En línea]
25/06/2010 [En línea]
- "Manhattan adopta al elefante de Barceló", El Mundo.es, 15/09/2011[En línea]
Es como una broma gigantesca pero , por lo menos, da alegría al lugar en el que está. No nos vendría mal aquí en Murcia, ante la falta de "verde", en este secarral de calles y plazuelas, algún que otro elefante u otro animalejo que nos alegrara la mirada!.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu valiente apuesta. Resulta un blog ameno y fresco, bien documentado y con pertinentes explicaciones sobre las esculturas y autores, con historias bien contadas que nos hacen desear otra nueva entrada. Ya podrían los asesores e Instituciones,creadas para el mantenimiento, fomento y divulgación de este patrimonio, tomar buena nota.
ResponderEliminarSigue alimentándolo con ilusión que ya somos muchos tus fervorosos lectores.
Las esculturas y antigüedades de caudal atractivo añaden un encanto único a cualquier espacio. Con su historia y belleza, transforman entornos en galerías vivientes, cautivando miradas y despertando la imaginación.
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