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22.9.16

FIEL POR NATURALEZA

No deja de sorprendernos el hecho de viajar y descubrir a artistas que, por circunstancias vitales, no tuvieron en su momento la debida repercusión en nuestro país.

En Zamora, esa ciudad tranquila y amable donde el tiempo parece detenerse para dejar paso a un ritmo de vida sosegado, se encuentra la Fundación Baltasar Lobo, constituida para conservar, exhibir, divulgar y promover la obra de Baltasar Lobo Casquero, un escultor que investigó y quedó inmerso en las nuevas corrientes artísticas del París de mediados del siglo XX y supo evolucionar después hasta las formas más vanguardistas que remiten a las esculturas de Moore.

Nacido en Cerecinos de Campos (Zamora) en 1910, en el seno de una familia modesta, mostró desde niño unas dotes especiales para la escultura. Estudió dibujo en Benavente y, con solo doce años, ingresó en el taller del escultor Ramón Núñez en Valladolid, circunstancia que le permitió conocer a los grandes de la escultura castellana.

Obtuvo una beca de la Diputación Provincial de Zamora que le permitió, además de mantenerse en Valladolid, ir a estudiar a la Academia de San Fernando, en Madrid, aunque las enseñanzas que allí obtuvo le decepcionaron y la abandonó a los pocos meses.







Su estancia en Madrid le permitió trabajar tallando en madera y asistir a cursos nocturnos; también en la ciudad capitalina entró en contacto con el movimiento anarquista y pudo participar del ambiente artístico que se respiraba en la Escuela de Vallecas, en la Sociedad de Artistas Ibéricos y en la Residencia de Estudiantes; esta última organizó una exposición titulada Españoles Residentes en París en la que Lobo pudo conocer la obra de Gargallo, Hugué, Fenosa, Dalí, Alberto y Palencia.

Fue un asiduo visitante del Museo Arqueológico Nacional donde la sencillez de la escultura ibérica se le reveló como un motor para su obra que le marcaría una guía de por vida.





Aunque su posición económica era modesta, en 1935 viajó a París para conocer las vanguardias. Fue en esa época cuando conoció a la que fue su esposa, Mercedes Comaposada Guillén, una mujer culta, independiente y militante libertaria, con la que compartió no solo su vida, sino también sus ideas y su pasión por el arte.

Lobo colaboró como ilustrador en varias publicaciones de signo anarquista: Campo Libre, Mujeres Libres y Umbral, y en Armas y Letras, editada para difundir las actividades de las Milicias de la Cultura creadas por la República. Sus dibujos tenían un lenguaje formal que bebía del postcubismo y del expresionismo alemán.

Cuando estalló la Guerra Civil se enroló en la Milicias Confederales del ejército popular y, junto con su compañera Mercedes, se integró en Tierra y Libertad, en Barcelona, donde enseñaba a leer y escribir a los combatientes.


Antes de finalizar la guerra, fue acogido en el campo francés de Argèles-sur-Mer, de donde consiguió escapar y, tras reunirse con su mujer, instalarse en París; allí entró en contacto con Picasso y Henri Laurens, al que le unió, con el tiempo, una gran amistad.


Formó parte de la llamada Escuela de París. Participó en varias exposiciones colectivas junto a los grandes artistas del momento. Es destacable la que tuvo lugar en Praga en 1946 bajo el título "Artistas españoles republicanos de la Escuela de París", en la que su obra dialogó con la de otros exiliados de la talla de Picasso, Óscar Domínguez, Julio González y Clavé, entre otros.
A partir de los años cincuenta los encargos de galerías de Francia, Venezuela, Suiza, Luxemburgo, Japón e, incluso, de Madrid y Barcelona, en España, se sucedieron. Lobo, sin embargo, nunca perdió la perspectiva de sus ideales, que se reflejó en una forma de vida invariable y en una entrega absoluta a su pasión por la escultura.





En 1953 realizó los dibujos para una edición de Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez que apareció en París, gracias a la intervención del editor Antonio Soriano.

En 1986 se celebró en Zamora la Bienal de Escultura Ibérica Contemporánea, en la que Lobo estuvo representado con cuarenta obras. Ése fue el inicio de la colección que hoy integra el Museo Baltasar Lobo.




A lo largo de su carrera recibió los siguientes premios:

Premio André Susse de Escultura (1958)
Premio Jacques Lenchener (1974)
Premio Oficial de las Artes y las Letras (Francia, 1981)
Orden Andrés Bello del Gobierno de Venezuela (1989)
Medalla de Oro Susse Fréres Fondeul
Premio Nacional de Artes Plásticas (1984)
Premio de Castilla y León de las Artes (1985)

Su obra situada en lugares públicos:
Madre y Niño, 1947. Plaza de los Momos, Zamora.
Mère et enfant, 1947. La Ciotat, Francia.
A los españoles muertos por la libertad, 1948. Annecy, Francia.
Maternité, 1953. Ciudad Universitaria de Caracas, Venezuela.
Stella, 1956. La Guaira, Venezuela.
, 1961. Jardín de Floralíes, París, Francia.
Stella, 1972, Parque del Castillo, aledaños del Museo Baltasar Lobo, Zamora.
Al aire libre, 1980, Parque del Castillo, aledaños del Museo Baltasar Lobo, Zamora.
Homenaje al poeta León Felipe, 1983, Parque León Felipe, Zamora.
Corsuelles, 1946-1968, Jardines del Castillo, cerca del Museo Baltasar Lobo y la Catedral, Zamora.

Baltasar Lobo falleció en París a la edad de 83 años.

En 2003 se constituyó la Fundación Baltasar Lobo.



Su obra, según sus propias palabras, parte de la figuración y "se hace abstracción que se simplifica, que se sintetiza. Y por simplificar las realidad entiendo concentrar la emoción con el fin de sentirla y comunicarla directamente."

María Bolaños, que ha estudiado a fondo la figura de Lobo, dice de él:
"Era fiel por naturaleza, porque tenía un fondo insobornable que lo abarcaba todo (...). Vivió siempre en la misma casa (...) llevó siempre la misma gabardina, quiso siempre a la misma mujer, conservó siempre los mismos amigos y, en el fondo, siempre esculpió el mismo desnudo."
El silencio del escultor. Baltasar Lobo 1910-1993.



FUENTES:
Museo Baltasar Lobo. Folleto divulgativo del museo.
Fundación Baltasar Lobo [En linea] <www.fundacionbaltasarlobo.com>

FUENTES DE LAS IMÁGENES:
Imágenes de Baltasar Lobo: "Baltasar Lobo", Hacer camino [Blog] <http://angelinahacercamino.blogspot.com.es/2014/09/baltasar-lobo.html>






2 comentarios:

  1. Baltasar Lobo, con quien tuve la oportunidad de trabajar en Novelda en la fábrica de mármoles de Paco Pastor por mas de dos años. Un lujazo que pude vivir en un momento clave de mi faceta de escultor.

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  2. Magnífico blog, me dejas sin palabras.
    Gracias MAESTRA

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