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8.3.15

LA MIRADA CÓMPLICE

Benvenuto Cellini. Perseo. Florencia
La escultura, como la pintura, es un arte en el que la obra está; está y es estática en su concepto. Aunque el espectador no esté delante, la obra permanece, y sus formas se mantienen inalterables a la espera de que un nuevo espectador se acerque a mirarlas. 
Se trata, por tanto, de una relación en la que el espectador es contemplativo, asimilador de la obra global y emisor de juicio o valoración (me gusta, no me gusta, me conmueve, etc). 













Sin embargo hay obras con las que el espectador debe tomar un papel activo, aportar su memoria visual o su experiencia y completarlas, haciendo que, en el momento de dicha contemplación su significado sea total y, en el instante en el que el espectador se retira, se limite a ser un conjunto de formas ilógicas que solamente volverán a tener todo su significado cuando otra mirada se acerque a observarlas.

En el terreno de la escultura pública, los últimos años han sido prolíficos en obras de este tipo; son esas esculturas con las que surge, primero, la sorpresa, luego la identificación y, por último, la aplicación de la experiencia. Con ese proceso (sorpresa-identificación-aplicación de la experiencia) la escultura pasa, de ser algo estático, a establecer una relación con el espectador, a implicarlo, a hacerlo cómplice de su significado e imprescindible para su totalidad.


Gyula Pauer y Can Togay.
Zapatos en el paseo del Danubio. Budapest
Por ejemplo, la titulada Zapatos en el paseo del Danubio, nos lleva, primero, a la sorpresa: muchos pares de zapatos; después a identificar lo que es: es una escultura; y, en el último instante, a poner en juego la experiencia: si hay zapatos, hubo personas. 
En ese último peldaño del proceso es cuando vemos lo que no está. 
Así, en el caso de Zapatos…, que es un homenaje a las víctimas lanzadas al Danubio bajo la dominación nazi, podemos imaginar a esas personas, con la angustia del momento en el que fueron arrojadas al agua.











John Buckley. Untitled 1986. Headington. Oxford
Otra escultura peculiar es la popularmente conocida como El Tiburón de Headington. 
En esta obra, además de la sorpresa y la identificación, generamos dos tipos de experiencia: por un lado la de suponer la parte del tiburón que no vemos y, por otro, la de dar por sentado un movimiento brusco que ha llevado al animal a clavarse en el tejado de la vivienda. 
Luego, aquí, imaginamos forma, y también movimiento.













Hippo sculpture. Zoo de Taipei.
La obra Hippo sculpture nos lleva a la imagen vista muchas veces en documentales y reportajes gráficos. Evidentemente, siempre está el resto del animal bajo el agua, pero aquí esa parte que completa a los hipopótamos no existe, y la suponemos. 
La escultura no es más que unos fragmentos de bronce colocados sobre la superficie del pavimento, pero dispara nuestra imaginación al instante, haciendo que veamos agua donde hay hormigón y animales completos donde solo existe una parte.



Petrus Spronk. Architectural Fragment.Melbourne
Igual sucede con Architectural Fragment. El pico de un friso sostenido por una columna emergiendo del suelo nos sugiere que el resto del edificio está por debajo del nivel que pisamos. No existe tal edificio, pero creemos que está.







Isaac Cordal. Follow the leaders. Berlín.
Y lo mismo con la obra Follow the leaders, que nos hace suponer a los personajes sentados y hablando, metidos en el agua, cuando lo único real es la parte superior de los personajes.











Neil Dawson. Horizons, 1994. The Farm, Kaipara. 
También podemos ver superficies donde no las hay. La obra Horizons, 1994 está delimitada por unas líneas que nos invitan a ver un tejido que ¡coincidencia! tiene el mismo tono exacto del color del cielo que tiene detrás. Es, además, una escultura bidimensional que se transforma, por el efecto óptico, en tridimensional.








Bruno Catalano. Voyageur. Marsella.
En otros casos, es la memoria visual la que entra en escena y la que, como ya explicaron las teorías surgidas a principios del siglo XX, nos conduce a "cerrar" la línea, a completar la figura que, insinuada, no está totalmente definida. Por ejemplo, la figura del Voyageur, aun careciendo de superficie en determinadas partes, hace que la veamos en su totalidad.



Son solo algunos ejemplos de esculturas que nos resultan curiosas o divertidas y nos gustan porque, al fin y al cabo, al ponernos a trabajar y completarlas, nos hacen ser cómplices de su significado y participar, por un instante, en su realización.

FUENTES:
"Los zapatos en el paseo del Danubio", en Nazi Holocaust Films (Blog) [En línea] <http://peliculasdelholocaustojudio.blogspot.com.es/2012/06/los-zapatos-en-el-paseo-del-danubio.html>
"Headington Shark", en John Buckley Sculptor [En línea] <http://www.johnbuckleysculptor.co.uk/Headington%20Shark.html>
"Architectural Fragment", en City of Melbourne. Outdoor Artworks, octubre 2009, p. 4. 

FUENTES DE LAS IMÁGENES:
"Medusa de medusas", en mireiarteymusica (Blog) [En línea] <https://mireiarteymusica.wordpress.com/tag/perseo/>
"Las 36 esculturas más curiosas y creativas que podrás ver por el mundo", en Numaniáticos. Web sobre curiosidades [En línea] 
<http://www.numaniaticos.com/esculturas-mas-curiosas-y-creativas/>
"Horizons. Installation by Neil Dawson at gibbs farm", Trendland [En línea] <https://trendland.com/wp-content/uploads/2017/02/horizons-installation-by-neil-dawson-at-gibbs-farm-2.jpg>
Bruno Catalano [En línea] 
<http://brunocatalano.com/sculpture-bronze/sculpture-en-bronze-bruno-catalano.php?ref=2&galerie=1&ss=50>
Isaac Cordal [En línea] <http://cementeclipses.com/Works/follow-the-leaders/>




2 comentarios:

  1. Impresiona las nuevos conceptos en escultura y las múltiples formas de representación tan diferentes a lo que se puede ver por las calles de Murcia

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  2. Muy interesante , una verdadera lección sobre la escultura. Me gustó mucho.Gracias .

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