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5.9.14

PRÓCERES SEGOVIANOS

Hasta mediados del siglo pasado, los monumentos estaban destinados a enaltecer y alabar a los que habían destacado en hechos históricos, en las artes, las letras o las ciencias. Eran honores en los que el homenajeado se revestía de dignidad y, si su hecho destacado era político, aparecía en el momento cumbre de su lucha, montando su caballo con todos los méritos colgados en el pecho o enarbolando una bandera.

Las nuevas corrientes artísticas conllevaron, en la segunda mitad del siglo, a un cambio significativo en los tributos. Ya no era requisito haber participado en una hazaña histórica o haber desarrollado una labor literaria o científica notable, sino que el mérito podía venir por otras causas.

La ciudad de Segovia ofrece tres ejemplos de lo dicho:




En la plaza de San Martín se encuentra el homenaje a Juan Bravo, un alcarreño, perteneciente a la baja nobleza, que vivió, a caballo entre los siglos XV y XVI, en Segovia.
Bravo fue, junto con Padilla y Maldonado, un comunero de los que se sublevaron contra el rey Carlos I en Castilla.
Pretendían que asumiera el trono Juana, la hija de los Reyes Católicos, al considerar al rey-emperador, que era hijo de ésta, un extraño. (Hablaba el castellano con dificultad y había traído consigo una corte de nobles y clérigos extranjeros). 
Este sentimiento, surgido primero en las élites sociales, se fue transmitiendo al pueblo llano, que liderado por los comuneros, se rebeló y luchó contra las tropas imperiales para conseguir una nueva cabeza coronada en Castilla.




Pero tras un año de rebelión, las tropas imperiales vencen en la batalla de Villalar, en abril de 1521, y ejecutan a los líderes comuneros. 
El traslado del cuerpo de Bravo hasta Segovia, estuvo acompañado de una ola de indignación que las tropas imperiales se vieron en dificultad de sofocar. Por fin, y ante el temor de que el cuerpo fuera profanado, sus restos fueron trasladados a Muñoveros, en Segovia, localidad de donde era su mujer, Catalina del Río.






En 1921, cuando se cumplían cuatrocientos años de que la cabeza de Bravo rodara por el suelo en lo que se llamó Guerra de las Comunidades, el Ayuntamiento de Segovia encargó al escultor Aniceto Marinas, una escultura para colocar en la histórica plaza de San Martín, también llamada de las Sirenas por dos esfinges que se sitúan en la escalinata.






La ubicación del monumento no estuvo exenta de polémica, provocando que intelectuales de la época de la talla de Machado y Ortega y Gasset, entre otros, redactaran un escrito de protesta, desde Madrid, ante lo que consideraban un atentado estético contra la configuración del sitio histórico. 
Sin embargo, la Academia de Bellas Artes de San Fernando dio el visto bueno al emplazamiento, y la escultura fue inaugurada, no por el rey Alfonso XIII, que sí asistió a la colocación de la primera piedra del monumento, sino por la tía de este, la infanta Isabel, conocida como La Chata.







Del hecho histórico de la Guerra de las Comunidades se publicó, en 1972, un largo romance escrito por el poeta español Luis López Álvarez. Una parte de este romance fue musicada por el grupo Nuevo Mester de Juglaría y titulada Canto de Esperanza, y ha sido acogida por los castellanistas como himno.



El Nuevo Mester de Juglaría, fue un grupo que, además, dio difusión al cancionero tradicional segoviano recuperado por la figura de Agapito Marazuela

Éste, que destacó como guitarrista y potenció el uso de la dulzaina, puso sobre papel romances, letrillas y coplas segovianas que estaban en riesgo de desaparición. Su labor fue primordial, no solo por el hecho en sí, sino porque es el ejemplo de lo que se ha dado en llamar recuperación del patrimonio inmaterial que tan importante se muestra para la pervivencia del folklore y las costumbres inmemoriales.





Sin embargo, Marazuela lo hizo cuando nada se hablaba de ese tipo de patrimonio, consciente de la importancia de dejar, a los que vinieran después, un legado que constituía parte de la esencia de sus raíces.











Agapito Marazuela falleció en 1983, a los noventa y dos años, y años más tarde, en 2002, Segovia le mostraba su agradecimiento con una escultura. 

Fue encargada al artista José María García Moro y colocada en la Plaza del Socorro, en la judería segoviana. 










La configuración de la obra nos invita a ver a Marazuela como el puente entre pasado y presente, como el artista que supo recuperar un folklore y hacerlo llegar hasta nosotros y transmitirnos la importancia de saber mantenerlo y darlo a conocer a los que vengan.













Pero el patrimonio inmaterial no se limita a música, tradiciones, artesanía, ceremonias y costumbres. La gastronomía se incorpora a él como una parte más de la adecuación del hombre al entorno. 


Y, en Segovia, no se puede dejar de hablar del que supo hacer del cochinillo asado un símbolo identitario que se conjugaba, durante los años sesenta y setenta, cuando el turismo interior se asumió como opción asequible, con la obligada visita al Acueducto.

El Mesón de Cándido, era imán de atracción para los que, además de conocer el patrimonio a la vista, quería incorporar a su experiencia esa otra parte contenida en la gastronomía. Cándido López había contraído matrimonio con la hija de la dueña del Mesón del Azoguejo, y se hizo cargo del negocio en 1931. Solo diez años después, el local era incluido en el Inventario de Monumentos Artísticos.




Ver al que fue nombrado Mesonero Mayor de Castilla romper el tostón asado con un plato, era todo un espectáculo que desembocaba en el deleite de la degustación acompañada de un clarete de la tierra.

Segovia le rindió homenaje también a Cándido, “sorprendido” justo en el momento de ejecutar, con el plato, el ceremonial que lo hizo famoso, a él y a la restauración segoviana.

La escultura está situada en una pequeña rotonda, se inauguró en 1996
y es obra de Luis Sanguino.








Bravo, Marazuela y Cándido, tres próceres que, cada uno a su manera y en su tiempo, dieron a conocer la idisiosincrasia segoviana.




PARA CONOCER LA BIOGRAFÍA DE LOS ESCULTORES:

ANICETO MARINAS:
“Aniceto Marinas García”, en Escultura Urbana [En línea]

JOSÉ MARÍA GARCÍA MORO:
“El escultor José María García Moro fallece en su casa de Segovia a los 78 años”, El Norte de Castilla, 28/01/2012 [En línea]


LUIS SANGUINO:
Luis Sanguino (Blog) [En línea]



FUENTES:


“Juan Bravo”, en Wikipedia [En línea] 

“Los comuneros. (Luis López Álvarez)”, en Wikipedia [En línea]


“La polémica estatua”, El Norte de Castilla, 22/06/2011 [En línea]

Imágenes de Juan Bravo: Wikimedia commons

“El folclorista eterno”, El Norte de Castilla, 24/02/2013 [En línea]


Mesón de Cándido [En línea]

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