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19.3.13

PÁRRAGA: LA AUSENCIA PRESENTE

Estamos acostumbrados a que los monumentos se erijan, la mayoría de las veces, o por iniciativa institucional o bien por una iniciativa privada que, a la hora de la materialización y la muestra en la calle, se ve mediatizada por la injerencia de las autoridades. Esto se traduce en la presencia de placas adosadas a esculturas públicas en las que una auténtica marea de nombres precedidos de tratamientos de excelencia, ya caducos, extienden su verborrea sin otro fin que dejar constancia siempre de determinadas personas, amantes de pasar a la historia sea cual sea el modo y forma; una costumbre acentuada en los últimos tiempos en los que se ha perdido la coherencia cultural y lo que importa es demostrar, a base de bronce superpuesto, obras y hechos.
Quizá por todo eso llama la atención que, de forma puntual, encontremos obras en las que el homenaje surge de abajo, se financia desde abajo, se proyecta desde abajo y se constata desde abajo, sin que medie el superego de ninguna autoridad presuntuosa y en el que el anonimato es la firma constatable.

José María Párraga
Foto: Ángel F. Saura
Murcia ha tenido la fortuna de encontrar entre sus calles del siglo XX a un artista como pocos habrá podido generar la historia de las disciplinas del arte. Desde que, a mediados de siglo, llegó al barrio de Santa Eulalia, José María Párraga Luna [Párraga, para entendernos], desplegó su vida entretejiéndola con sus calles, sus plazas, sus bares, sus exhibiciones culturales y sus gentes. Párraga era uno más pero, al mismo tiempo, era único. 

Formado en la Escuela de Artes y Oficios aprendió de Luis Garay, Clemente Cantos y Mariano Ballester, entre otros, las directrices académicas que habitualmente se saltaba y hacía derivar hacia su propia interpretación del modelo.

Persona imaginativa y abogado de las causas imposibles inventó la exposición al aire libre, colgando sus obras en la plaza de la Cruz a la sombra de la torre de la catedral, y paseó su figura peculiar llevando bajo el brazo una gran carpeta que configuraba del todo su apariencia.  





Tuvo su estudio junto a la castiza hornacina de la Virgen de los Peligros, en el Puente Viejo y allí, entre el desorden y el colorido caos, se reunían los proscritos, los que pensaban que otro mundo era posible y sabían que aquel era recinto sagrado acogedor de iniciativas diferentes.


Su profusa obra le sirvió en muchas ocasiones como moneda de cambio; participó como ilustrador en revistas y periódicos, decoró zaguanes y dejó relieves en fachadas de edificios. Maestro del pirograbado, pobló la retina de los murcianos de mujeres con palomas en la cabeza y sus temas, irrealidad hecha realidad, se asumen en Murcia como propios.




Extrovertido y ocurrente transitó en algunas épocas entre la cordura y la enajenación consciente, entre la euforia y el valle de la depresión.
Sus últimos años dejaron de él la imagen más tierna: la figura encorvada de una vida a sus espaldas conduciendo de la mano los primeros pasos de su hijo más pequeño.


Párraga anduvo siempre en los márgenes de la vida institucional y sus corbatas imposibles alegraron la vida de los que pensaban, como él, que las cosas se pueden hacer de otra manera, que la libertad es la mejor forma de constituir una sociedad y que el sentido del humor facilita las relaciones humanas.
Cerró sus ojos a los sesenta años, dejando tras de sí un universo artístico único y, por encima de todo, un muy nutrido grupo de amigos.


Portada del catálogo
Obras participantes
Pronto surgieron las iniciativas para rendirle homenaje y se organizaron diversas exposiciones en las que fue imposible desvincular el ego de algunos artistas del concepto de tributo al amigo.

Ya a finales de los noventa, por fin, una iniciativa llevada a cabo con cordura consiguió que todos estuvieran de acuerdo, y la exposición El Tiempo de Párraga, desplegada en la galería Detrás del Rollo, planteó un único formato y un único precio de venta para todas las obras con cuyas ganancias se erigiría un monumento de homenaje a su memoria.

Participaron 125 artistas y se vendieron todas las obras al precio de 25.000 pesetas cada una. 


Párraga había dejado, entre sus muchos dibujos, dos figuras pequeñas que semejaban un hombre y una mujer bailando. Esos bocetos fueron ampliados entonces, reproducidos a gran tamaño en acero corten y situados en el Plano de San Francisco en la margen izquierda del río, frente a la fachada del edificio donde en su día estuvo el lugar de trabajo de Párraga, formando parte así de la visión que el artista tuvo a diario de la ciudad.


Homenaje a Párraga. Plano de San Francisco, Murcia. 2001.   Foto: Juan Sevilla.
En la inauguración no hubo autoridades ni instituciones, sino palabras de amigos que rendían homenaje al que fue, como dijo Martínez Cerezo, "una ocurrencia de Murcia".
Sirva esta escultura, sin placas egocéntricas, como ejemplo de iniciativa popular, surgida del sentimiento amigo y sincero, y testimonio del cariño de una ciudad hacia uno de sus artistas más queridos.


FUENTES:
El Tiempo de Párraga [Catálogo de la exposición]. Murcia: CCP (Colectivo de Creadores Provisionales), 1999.

AA. VV.: JOSÉ MARÍA PÁRRAGA Y SUS CONTEMPORÁNEOS. años 60-70 [Catálogo de la exposición]. Murcia: Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, 2008.

"José María Párraga", en Wikipedia, la enciclopedia libre [En red] <http://es.wikipedia.org/wiki/José_Mar%C3%ADa_Párraga>

"José María Párraga", en Región de Murcia Digital [En línea] 

"La sombra de Párraga", en Museo de Fuente-Álamo [En línea]




6 comentarios:

  1. Verdaderamente íntimo y emocionante este texto.
    Y muy justo con el artista que se fue, especial en todo y mediocre en nada.
    Vivo bastante apartado de cosas importantes de Murcia, como las que aquí se expresan.
    Espero estar más atento.
    Gracias por el texto.
    Saludos

    Chip.

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  2. Qué bonito!. No sabía la historia de esas esculturas. Gracias.

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  3. Precioso el texto. Todo lo que se diga de Parraga es poco, fue un genio y un creador sublime. De lo mejor que ha dado esta tierra.
    Gracias.

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  4. Precioso. Entre los grandes creadores del arte español. Imprescindible. Muy pocos artistas existen con la capacidad creativa de José María Párraga. Su figura y su obra reunen rasgos que lo acercan a los mas grandes.

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  5. Qué buena aportación a la memoria de Párraga y su obra. Me encantaría.

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  6. Gracias cuñado por todo lo que nos transmitiste y el legado que nos dejaste

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